MEDIDAS DE PREVENCIÓN ESPECÍFICA DIRIGIDAS A HOMBRES Y POTENCIALES AGRESORES PARA ERRADICAR LAS VIOLENCIAS MACHISTAS

El pasado 6 de marzo de 2018 el grupo parlamentario de Podemos Andalucía presentó un texto alternativo al Proyecto de ley presentado por el gobierno de la Junta de Andalucía por el que se modificaba la Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género. Se trata de una propuesta que, además de recoger las principales reivindicaciones del movimiento feminista tras las movilizaciones del 7N, incluye un capítulo II bis de medidas de prevención específica dirigidas a hombres y potenciales agresores.

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La aprobación de estas medidas, en cuya redacción hemos participado algunos miembros del movimiento de hombres por la Igualdad, supondría un importante avance en la incorporación de hombres y niños a la lucha contra las desigualdades de género y las violencias machistas. La propuesta de Podemos no fue aprobada, pero el debate sobre estas medidas no está cerrado ya que ahora queda todo el proceso de tramitación en el que partidos, entidades y comparecientes pueden proponer enmiendas. Este texto trata de explicar estas medidas para facilitar el debate y lograr que más feministas y hombres por la Igualdad apoyen esta iniciativa.

La incorporación de los hombres a la lucha contra las desigualdades de género y las violencias machistas es un objetivo del movimiento feminista global desde, al menos, la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 en cuya 12ª resolución se “alienta a los hombres a que participen plenamente en todas las acciones encaminadas a garantizar la igualdad de mujeres y hombres”.

Desde entonces, los organismos internacionales han efectuado numerosas resoluciones y recomendaciones en el mismo sentido. Así, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas celebrada en Nueva York en 2004, establece unas conclusiones sobre el papel de los hombres y los niños en el logro de la igualdad de sexos en las que se contempla la necesidad de impulsar políticas de igualdad integradas y programas específicos dirigidos a hombres, con unos objetivos y condiciones que se han recogido casi literalmente en el texto de la propuesta.

Por su parte la Unión Europea, desde su Plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los hombres 2006-2010, establece que “debería animarse a los hombres para que asuman sus responsabilidades familiares, sobre todo estimulándoles a disfrutar de permisos parentales y de paternidad y a compartir con las mujeres el derecho a estos permisos”, y en la Sesión número 2767 del Consejo de la Unión Europea sobre Empleo, Política Social, Sanidad y Personas Consumidoras, celebrada en Bruselas en 2006, reconoce que todavía no se han estudiado en su totalidad las cuestiones relacionadas con los hombres y la igualdad de sexos, e insta a los Estados miembros a que refuercen las estructuras institucionales y se apoye también la participación de los hombres en el fomento y la consecución de la igualdad.

Por último, y más recientemente, el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, hecho en Estambul el 11 de mayo de 2011, establece en su artículo 12.4 que “Las Partes tomarán las medidas necesarias para animar a todos los miembros de la sociedad, en particular los hombres y los niños, a contribuir activamente a la prevención de todas las formas de violencia incluidas en el ámbito de aplicación del presente Convenio”.

Lamentablemente todas estas recomendaciones, resoluciones y compromisos sobre la incorporación de hombres a la Igualdad y a la lucha contra las violencias de género apenas han sido escuchadas o aplicadas por los gobiernos estatales, regionales y locales a los que iban dirigidos. En el caso de España, solo la Comunidad Autónoma Vasca plantea en su Ley 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres y en el IV Plan para la Igualdad de Mujeres y Hombres aprobado por el Consejo de Gobierno en septiembre de 2006, “medidas para fomentar la implicación de los hombres como un complemento necesario y no como un obstáculo para la consecución de dicho objetivo, ni en menoscabo de los recursos destinados al mismo”.

La creación del Programa Gizonduz, dependiente del Instituto Vasco de la Mujer (EMAKUNDE), es el único ejemplo de la existencia de políticas de igualdad específicamente dirigidas a hombres puestas en marcha por el gobierno de un país.

Junto a este programa del País Vasco, existen ejemplos de programas locales como el Programa de Hombres por la Igualdad del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, creado en 1999, que ha sido el pionero y ha servido de inspiración para el resto de actuaciones en esta materia; el más breve y desconocido de la Diputación de Sevilla entre 2004-2006, desde el que se organizan las Primeras Jornadas sobre Políticas de Género para Hombres; o  el Servei de Atenció a Homes (SAH) y el programa Canviem-ho del Ayuntamiento de Barcelona que, en estos momentos, representa el ejemplo más ambicioso y sistemático de intervención con hombres desde las administraciones locales, ya que no se limita a la organización esporádica de algún curso, taller o charla sobre el tema con motivo de alguna fecha o por interés personal de alguna técnica o responsable de Igualdad, como es el caso de la mayoría de las pocas administraciones que siguen haciendo algo sobre esta cuestión.

Aunque estas experiencias son buenos ejemplos de la viabilidad y conveniencia de trabajar con hombres para promover la igualdad de género y prevenir las violencias machistas, hay que reconocer que han existido (y existen) muchas resistencias a este tipo de planteamientos. La principal sigue siendo de los propios hombres a los que van dirigidos estos programas ya que la igualdad plantea retos y supone pérdida de privilegios. A pesar de ello, existe un cierto “movimiento de hombres por la Igualdad” que ha venido reclamando la necesidad de este tipo de políticas y desarrollando actividades e iniciativas dirigidas a hombres a través de entidades, grupos y colectivos. Por otra parte, cada vez son más las expertas, técnicas y responsables de políticas públicas y activistas que se plantean la necesidad de políticas feministas para hombres.

Sorprende sin embargo la falta de interés de los poderes públicos encargados de remover los obstáculos que impidan la igualdad y de erradicar las violencias machistas. Se trata de una falta de interés prolongada e incrementada por la falta de recursos existentes para cualquier política de Igualdad. La mayoría de los programas e iniciativas en este terreno han sufrido unos recortes que, dada la precariedad de la que partían, han hecho que casi desaparezcan. Un ejemplo de estos recortes que, por varios motivos, merecería una reflexión más amplia de la que cabe aquí, es el del Servicio de información y orientación telefónica y on-line en materias y cuestiones relacionadas con los hombres y la igualdad de género, puesto en marcha por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género en diciembre de 2009 y desaparecido un año después junto con el Ministerio de Igualdad.

El presente tampoco es muy halagüeño. De las 212 medidas acordadas por los partidos políticos para el Pacto de Estado contra la Violencia de Género recientemente aprobado por el Congreso, solo 11 pueden considerarse específicamente dirigidas a hombres. Hay solo dos medidas que puedan ser consideradas preventivas, ambas dirigidas a jóvenes, como si con el resto de los hombres no se pudiera intervenir: Talleres y actividades formativas para la prevención de la violencia sexual (medida 5), y la realización de campañas de concienciación para desincentivar la demanda de prostitución (medida 195). Las restantes se centran en el maltratador y tienen un carácter punitivo: ya sea para que las campañas publicitarias pongan el foco en su rechazo (medidas 23 y 24), algo que algunos venimos demandando desde hace tiempo, ya sea para suprimir atenuantes (medidas 87, 88), reforzar las medidas de libertad vigilada (medida 96), agravar el quebrantamiento de medidas de alejamiento (medida 98), impedir la custodia compartida (medida 142), suspender el régimen de visitas (medida 143) y prohibir las visitas a la cárcel de los padres procesados por violencia de género (medida 195). Más allá de la necesidad de acabar con toda forma o resquicio de impunidad de los maltratadores, parece evidente que las medidas meramente punitivas no van a acabar con este fenómeno y que, si de verdad se apostara por una estrategia preventiva, las medidas específicamente dirigidas a hombres tendrían mucha más presencia.

Las medidas de prevención específica dirigidas a hombres y potenciales agresores contempladas en el texto presentado por Podemos son un primer e importante paso para empezar a corregir esta falta. Supone la primera propuesta legislativa que asume este objetivo de manera específica y detallada, en un momento en que se empieza a revisar el marco normativo. Así, plantea la necesidad de que las administraciones públicas de Andalucía promuevan “programas y actuaciones de prevención de todas las formas de violencias y desigualdades de género dirigidos específicamente a hombres” para educar a los hombres y niños en valores de igualdad como forma de prevenir las violencias machistas y cumplir con los objetivos de la ONU en esta materia.

Junto a esta medida de prevención general, el texto añade la obligación de que la Junta de Andalucía ponga en marcha “programas de intervención con agresores potenciales como forma de prevención y reducción del riesgo de las violencias de género”. Se trata de “formar a profesionales de los distintos sistemas públicos de protección y promoción social en la detección de potenciales agresores y en la intervención con hombres para prevenir, contener y reducir las violencias machistas, así como promover la Igualdad y los buenos tratos”. Se plantea, además, la necesidad de elaborar protocolos de intervención con “potenciales agresores, mediante programas de formación en valores de Igualdad y medidas de resolución pacífica del conflicto”, para “valorar, reducir y, en su caso, alertar sobre los niveles de riesgo de agresión de los potenciales agresores”.

Para garantizar el adecuado desarrollo de estas medidas, la propuesta plantea la creación de un “Programa Andaluz de Igualdad y prevención de violencias machistas para Hombres […] encargado de promover, apoyar, coordinar y evaluar las actuaciones en esta materia de todas las administraciones en Andalucía”. Las garantías propuestas incluyen que “los programas y actuaciones en esta materia contarán con financiación propia que no podrá detraerse ni significar merma de la financiación de los programas de igualdad y violencias machistas ya destinados a mujeres”, así como que “Los programas de intervención con agresores potenciales […] serán acreditados y supervisados por los organismos públicos responsables en materia de Igualdad y no podrán compartir recursos o instalaciones con los de atención a víctimas de las violencias de machistas”.

El texto incluye otras medidas dirigidas específicamente a hombres. Entre las líneas de investigación que la Administración debería impulsar, añade, están “El estudio de los modelos de masculinidades hegemónicas y de su relación con las causas de las violencias machistas” y de “las motivaciones, circunstancias y consecuencias de las violencias de género para los hombres que las practican”, dos cuestiones imprescindibles para poder conocer y prevenir las motivaciones y las causas estructurales que las propician.  No incluye, sin embargo, ninguna propuesta sobre los programas de intervención con agresores condenados por violencia machista por no ser una competencia autonómica, pero este debería ser otro aspecto a desarrollar cuando se revise la legislación estatal.

El conjunto de medidas propuestas ayudaría a conseguir el cambio de paradigma que viene reclamando el movimiento feminista: el paso de una concepción reduccionista y victimizante de la violencia de género, entendida como la que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo de parte de sus parejas o exparejas, a un nuevo concepto de violencias machistas que no solo amplía los tipos de delitos, sino que plantea un cambio de perspectiva. Se trata de cambiar el foco pasando de quienes las sufren (las víctimas y sus circunstancias) a quienes las producen (los agresores, sus motivaciones y la cultura machista que las justifican) y a quienes tienen la responsabilidad de prevenirlas y erradicarlas (las instituciones públicas).

Es hora de un cambio en nuestra concepción de la violencias machistas que, como plantea esta propuesta, las definan como “aquellas que ejercen los hombres sobre las mujeres para mantener la supremacía y los privilegios que se les atribuyen por el mero hecho de serlo”. El problema no es cómo son las mujeres que sufren las violencias machistas, sino cómo son los hombres que las ejercen sobre ellas. Las administraciones públicas deben asumir sus responsabilidades y no hacer dejación de ellas teniendo que presionar a las mujeres para que denuncien lo que las instituciones no detectan.

Creemos que estas medidas pueden y deben ser asumidas por cualquiera que de verdad esté por erradicar las violencias machistas. Así que esperamos que, más allá de las diferencias ideológicas o partidarias, sean consideradas por el resto de partidos políticos. Esperamos también que reciban el apoyo de los hombres que estamos por la Igualdad o nos sentimos parte del movimiento feministas y de las muchas compañeras que, desde colectivos, plataformas y asambleas, de forma personal y colectiva, han manifestado su apoyo a la necesidad de que haya políticas feministas dirigidas a hombres; apelamos por ello a todas estas instancias para que apoyen esta iniciativa.

Promueven esta iniciativa:

  • Hilario Sáez Méndez, Sevilla, Fundación Iniciativa Social .
  • Jesús Casado Rodrigo, Sevilla, Foro de hombres por la igualdad.
  • José Ángel Lozoya Gómez, Sevilla, Foro de hombres por la igualdad.
  • Joaquim Montaner Villalonga, Sevilla, Foro de hombres por la Igualdad Sevilla.
  • Francisco Guerrero Galán, Badajoz.
  • Alejo Durán López, Aracena (Huelva), AHIGE Asociación de hombres por la igualdad de género.
  • Manuel Buendia Castiñeira, Sevilla, AHIGE.
  • Paco Abril Barcelona, UDG.
  • Juan Manuel Molero Hernández, Sevilla, Foro de Hombres por la Igualdad Sevilla. FHX=.
  • Octavio Salazar Benítez, Córdoba, Red Feminista de Derecho Constitucional.
  • HERMÓGENES DOMINGO TASCÓN, León, ASOC. PROMETEO – HOMBRES POR LA IGUALDAD.
  • Antonio Moreno Mejías, Mairena del Aljarafe -Sevilla-, Colectivo de Educación para la Participación – CRAC.
  • ANTONIO RAMON CARO CRESPO, Córdoba, HOMBRES POR LA IGUALDAD DE CORDOBA.
  • juan manuel torres escrig, Valencia.
  • Fernando López Rodríguez, Sevilla, A.C.A.T. Asociaciòn Cultural Alternativa Tartessos.
  • Fernando Garcia Sanz, Sevilla, Foro Hombres Igualdad.
  • franches belenguer hernández, Granada, RED HOMBRES IGUALDAD GRANADA.
  • Eduardo Martinez Flores, Albacete, Ahige.
  • Julián Fernández de Quero, Lucerón Campo de Criptana, Asociación de Hombres por la Igualdad de Género.
  • Erick Pescador Albiach, Jérica, CEGM.
  • Juan José Compairé García, Barcelona, Homes Igualitaris (AHIGE Catalunya) .
  • Ritxar Bacete González, Vitoria-Gasteiz, Promundo Global.
  • javier lópez mateo, Mairena del Aljarafe -Sevilla-, Fundacion Diagrama.
  • Mariano Nieto Navarro, Torrelodones – Madrid-, Asociación Stopmachismo.
  • Heinrich Geldschläger, Barcelona, Asociación Conexus.
  • Juan Manuel Delgado Aballe, El Puerto de Santa María, Diferencia2.

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**Documento actualizado a 23/04/2018 12:57 am**


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